Tengo un humor de mierda. Eso lo tengo claro y lo tienen aún más claro quienes tienen que soportarme a diario. Pero esta es la historia del día en que deje de ser el gruñón que siempre soy y salvé la navidad.

Un fantasma del pasado, llamado Pachi, me dijo que había ido al correo a buscar cartas que le envían al viejito pascuero los niños pobres. Ella me contó que por tiempo tomó tres cartas y que andaba buscando quien le ayudase con las otras dos. También me contó que cuando vio una de las cartas pensó que yo debía ser el encargado. Adjunto la carta para que vean el porqué:
A decir verdad cuando vi la carta pensé, puta el pendejo bakán. Así que hoy le compré un gokú, que espero sea de su agrado:

Ayer llamé a la mamá de Javier, de parte del viejo pascuero claramente, como que la descolocó eso jajajaja, pero iremos a dejarle el gokú el viernes. =)

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