Esta historia pasó en las vacaciones pasadas. Mi hermano chico salió de parranda y yo como estaba más enfermo que la chucha no pude salir. A eso de las 5 am se corta la luz, así que dado que mi notebook tiene menos batería que los Hanson (N.d.E: mmmbop) me fui a dormir. A eso de las 6 me despierta el timbre, y chocando con la mitad de las weás de mi casa y botando la otra mitad al suelo llegó hasta la puerta y veo como el culiao tiene la frente pegá al timbre.
– “¿Qué wea te pasó, culiao?“ – Atiné a preguntar gentilmente.
– “mmmmnosñeguuferse”. – Me responde.
Acto seguido el weón se va al baño y se escuchan varias invocaciones guajardianas. Como buen hermano que soy le ayudo a llegar a su pieza. Le voy a sacar los zapatos al bestia y noto, terriblemente impertérrito, que el wn no tiene zapatos.
– “¿Dónde están tus zapatos, weón?“ – Atiné a preguntar nuevamente.
– “Esfrioporelsueño”. – Me respondió el gentilhombre.
Tras preguntarle varias veces por los zapatos y escuchar la misma respuesta, lo dejo durmiendo y salgo a ver si las cagás están afuera. Tras webear caleta con la linterna los encuentro, al lado del gomero hecho mierda y un pedazo de palmera que solían haber afuera de mi casa y una poza de witreo. Básicamente el culiaito entró como pudo a la casa, se tropezó con cuanta wea había y luego se había acostado, no sin antes sacarse los zapatos, en el patio. Después se escucharon varios sonidos provenientes de su pieza como “La etapa la etapa” o “Pasa el nivel”
Al otro día me contó que el wn había tomado tequila con vino, se picó con el dueño de casa y se fue caminando a la casa. Ahí lo pilló el corte de luz y lo llamo el amigo preocupao:
– “Oye weón ¿Dónde chucha estai?“
– “Me perdí… Espera… ya me encontré”. – le responde.
Dicho sea de paso nunca más salió el weón en las vacaciones.
SOBRIAMENTE EL GRAN HERMANO.

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