Una jornada negra vivió hoy la U, pues en su cuarto partido por la Copa Libertadores, y segundo de local, enredó valiosísimos puntos con Estudiantes de La Plata, en una fría y lluviosa noche en el Nacional frente a 43.772 personas que no dejaron de alentar.

Si bien los primeros minutos de la U no fueron malos, una falta de comunicación entre Franco Calderón y Gabriel Castellón regaló un gol a Estudiantes, del que la U no logró recuperarse. La U sintió el golpe del primer gol y llegaron dos más: uno por una perdida en marca en un córner y otro al estar el equipo más abierto en una perdida.

Charles Aránguiz arrastra una lesión desde el partido con Palestino, y aunque no quiso perderse el clásico universitario, quedó descartado para este encuentro. Su liderazgo y talento eran una merma gigante para este cuadro (es cosa de recordar los partidos del primer semestre del año pasado, antes que llegara) y claramente tenemos Charles-dependencia. El encargado de reemplazarlo fue Gonzalo Montes, quien no solo no logró el imposible, sino que muchas de las malas jugadas de la U partieron en sus pies.

Para el segundo tiempo, Álvarez hizo cuatro cambios, lo que permitió que la U tuviera el balón, pero no logró llegar al arco con posibilidades reales de gol. Tras el pitazo final, los jugadores se acercaron a la galería a escuchar respetuosamente los cánticos que hablan de un amor incondicional.

Hay que dar vuelta la página y pensar en el crucial partido contra Carabobo la próxima semana. Solo ganar sirve, y no está muerto quien pelea. Y la U sabe de eso.

Adelante estudios.

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