El Superclásico del fútbol chileno debía disputarse en abril, pero tras los graves incidentes de violencia ocurridos en el duelo de Copa Libertadores entre los albos y Fortaleza, el Gobierno decidió suspenderlo por razones de seguridad. Finalmente, este sábado 12 de julio fue la única ventana disponible en el calendario para llevarlo a cabo, y no decepcionó: Ante un Estadio Nacional repleto con 45.000 personas, Universidad de Chile derrotó 2-1 al archirrival en un encuentro cargado de historia, emoción y homenajes.

En la previa, el club azul reconoció a dos de sus íconos: Gino Cofré, recordado defensor bicampeón en 1994 y 1995, recientemente fallecido a fines de junio y Luis Musrri, quien recibió una camiseta conmemorativa por sus 540 partidos oficiales —récord absoluto en la historia del club—

El partido, que contó con la habitual cámara cenital instalada exclusivamente para los clásicos, sumó esta vez una innovación histórica: por primera vez en el fútbol chileno, el árbitro explicó sus decisiones tras revisar el VAR mediante altoparlante al estadio. Una práctica inédita en torneos nacionales y que hasta ahora solo habíamos visto en competencias internacionales como la Bundesliga o el Mundial de Clubes. Además hubo una espectacular salida, con banderas gigantes, globos, pirotecnia y mucho ambiente de clásico.

En lo futbolístico, los dirigidos por Gustavo Álvarez mostraron temple y efectividad en un duelo tenso y parejo. La primera jugada del partido trajo una preocupación para la U: Nicolás Ramírez se lesionó solo, obligando al ingreso temprano de Franco Calderón.

Sin embargo, el equipo supo reponerse. Charles Aránguiz abrió la cuenta desde el punto penal con una ejecución impecable. Pero la alegría duró poco. En la acción siguiente los albos terminan igualando, también mediante lanzamiento penal.

Ya en el segundo tiempo, nuevamente Aránguiz se paró frente a Fernando De Paul y no falló, firmando el 2-1 definitivo en lo que sería la jugada más determinante del encuentro.

En los minutos finales, el partido se desordenó: Marcelo Díaz recibió su segunda tarjeta amarilla tras una fuerte entrada y, en medio de la discusión, terminó manoteando al capitán albo. La situación se descontroló y, como consecuencia, también fue expulsado el capitán de la contra, quién ya estaba amonestado. La tole-tole selló un cierre caliente para un clásico cargado de tensión. El arbitraje de Piero Maza, a pesar del apoyo del VAR y la comunicación por altoparlante, no dejó conforme a ninguno de los dos equipos.

Con este triunfo, la U rompe una extensa sequía de victorias como local ante su eterno rival, algo que no lograba desde 2013 —curiosamente, también con Charles Aránguiz como protagonista— reafirmando así su ilusión en la lucha por el título. Sin tiempo para descanso, el equipo ya se enfoca en su próximo desafío: su debut en la Copa Sudamericana frente a Guaraní de Paraguay, este jueves 17 de julio a las 18:00 hrs en el Estadio Nacional. Estaremos ahí nuevamente, siempre pasando piola:


Adelante estudios.

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