Universidad de Chile vs Audax Italiano por el Campeonato Nacional 2025 terminó con un duro 1-3 en el Estadio Nacional, ante casi 37 mil personas. En una mañana marcada por el regreso de Eduardo Vargas a Ñuñoa, la U luchó, pero pagó caro sus errores y quedó con la obligación de levantarse rápido en un mes cargado de partidos.

La vuelta de Vargas al Nacional

Desde que fue nombrado por los parlantes, la hinchada lo aclamó con fuerza. Muy distinto a lo que pasó con Leonardo Valencia, también con pasado en la U, pero sin recibir el mismo cariño.

Afuera del estadio la policía, vestida como si fueran a la guerra, recibe a las familias con armas automáticas. Esta vez no dejan entrar los instrumentos y bombos al estadio, por instrucción del alcalde Sichel al que le molesta que la Universidad de Chile tenga dos horas de partido pero que no tiene problema en tener cinco días arrendado el mismo espacio para fondas y fiestas que generaran mucha más basura y ruido. Jugar a torear a una masa de gente quitando sus formas de animación es, desde mi punto de vista, una medida totalmente imprudente, sobre todo considerando el buen comportamiento que este grupo en particular ha mostrado estos ultimos años.

El arbitro que quería ser figura

Piero Maza, Conchetumare. Una vez más uno de los peores árbitros del fútbol chileno hizo de las suyas: tarjetas amarillas a destajo, la cancha inclinada siempre para un solo lado y el eterno afán de ser protagonista. Se llevó unas buenas chuchás, merecidísimas. Incluso en un momento quiso hacer entrar una ambulancia a la cancha, un payaso total. Al final, no sorprendió: con un nombre y apellido que parecen sacados del plato más rancio de la Piccola Italia, terminó siendo el jugador número 12 del Audax.

En lo futbolístico

El primer tiempo dejó chances desperdiciadas por la U, pero también la sensación de un rendimiento correcto. El propio DT reconoció que faltaba peso ofensivo, por lo que decidió sacar a un defensa amonestado para darle entrada a Leandro Fernández. Eso obligó a un Poblete sobreexigido, que corrió de área a área hasta lesionarse. Su salida abrió el espacio que Audax necesitaba: en apenas dos minutos se pusieron 0-2 con goles de Luis Riveros y Eduardo Vargas.

El destino quiso que Vargas fuera protagonista. Marcó un gol y, fiel a lo que significa en la historia azul, no lo celebró. Al contrario: levantó las manos pidiendo disculpas hacia galería norte. Fue un gesto simple, pero muy potente. Porque más allá de las decisiones dirigenciales que han impedido su regreso, quedó claro que nunca ha sido contra nosotros.

Lucas Di Yorio, errático en el primer tiempo, tuvo su revancha a los 86 minutos con el descuento que revivió las esperanzas.

Con siete minutos de adición, la U se volcó en ataque con todo, pero en la última contra, Leo Valencia, nos golpeó (oh, la ironía) con el 1-3.

Si hay que rescatar algo, es lo superlativo de Charles Aránguiz. Siendo un ejemplo: no dejó de correr en los 90 minutos y jamás dio una pelota por perdida. Fue el corazón del equipo en medio de una jornada complicada.

Una derrota dura, con mucho que analizar y corregir… pero con poco tiempo para hacerlo. El miércoles ya asoma el partido de vuelta contra Independiente y, en este agosto que no da respiro, el próximo domingo nos espera Everton por el campeonato nacional, antes de cerrar el mes con el superclásico. Al final, las penas del fútbol siempre se pasan con más fútbol.

Adelante estudios.

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