Este 2025, el Estadio Nacional de Santiago se vistió de gala. Volver a ese lugar, mi casa futbolera, donde siempre voy a ver a la U, pero esta vez para ver a Linkin Park,. Jugar de local en un terreno donde tantas emociones se han vivido, pero ahora con otra camiseta, la del fan que creció con su música.

El concierto comenzó puntual a las 19:00 con Tenemos Explosivos, una banda nacional que, fiel a su estilo, transformó el escenario en un espacio de memoria y realidad. Entre distorsiones y poesía política, nos recordaron que ese coloso no es solo un estadio: también fue un centro de tortura, un lugar marcado por la historia.


A las 20:00 subió al escenario Poppy, con su caótico y fascinante contraste: una mezcla bipolar de dulzura pop y violencia metalera. Saltos tipo “pequeño pony” se entrelazaban con guturales gritos que hicieron vibrar a la cancha.

El plato fuerte: From Zero World Tour.

10 minutos antes comenzó una cuenta regresiva, y desde los primeros acordes de “Somewhere I Belong” y “Points of Authority”, canciones que ya tienen más de 20 años, quedó claro que la banda venía con un viaje entre épocas: una conversación entre el pasado que nos marcó y el presente que los redefine. El setlist fue un recorrido emocional, desde los clásicos de los 2000 hasta las nuevas piezas de su reciente discazo, From Zero.


El público explotó con “Crawling”, “Numb” y “In the End”, cantadas a coro por miles de voces que parecían rendir homenaje a Chester Bennington, fallecido el 2017, presente en cada nota. Pero también hubo espacio para lo nuevo: “The Emptiness Machine”, “IGYEIH” y “Heavy Is the Crown” mostraron a una banda en plena reinvención, sin miedo a mirar hacia adelante, con una Emily Armstrong que no viene a reemplazar a nadie sino a hacer su pega, con fuerza, respeto y una entrega que se siente genuina.

Uno de los momentos más intensos fue “One Step Closer”, donde Poppy volvió al escenario para unirse a la banda, dándole un giro brutal al clásico. Más tarde, “Papercut”, “In the end” y “Faint” cerraron la noche con un Estadio Nacional completamente encendido, saltando, gritando y celebrando como si tuviéramos la mitad de nuestra edad.

En lo personal, ya los había visto en 2010 en el Maquinaria Festival, y lo pasé igual de bien que hoy… al igual que miles de otros viejitos que estuvimos ahí anoche. Salí del estadio con la garganta destrozada, el corazón lleno y la sensación de haber vivido algo histórico. Porque aunque Chester ya no está físicamente, su voz sigue resonando entre nosotros, y el espíritu de Linkin Park sigue más vivo que nunca.

Fotos del Maquinaria 2010

Adelante estudios.

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