Como algunos de ustedes ya saben, procedo de la inverosímil ciudad de Santa Cruz, donde reside mi querida abuelita, la cual nos ha entregado cariño a través de este plato desde nuestra más tierna infancia. Hasta hace relativamente poco, aproximadamente unos 3 a 5 años, solía pensar que esta gastronomía era típicamente rural en lugar de árabe. Fue entonces cuando descubrí que esta percepción errónea se debía a que mi abuelita había trabajado en el hogar de uno de los muchos inmigrantes “turcos” que llegaron al campo facho durante el siglo pasado. Durante la pandemia me animé a intentar prepararlo y si bien los de mi abuelita son mejores, estos no se quedan atrás.

Ingredientes:

  • 1 repollo grande.
  • 1 taza de arroz.
  • 500 gramos de proteína (puede ser una pechuga de pollo, o un trozo de carne, aunque imagino que con carne de soya también deben quedar ricos).
  • 2 dientes de ajo, picados.
  • 1 zanahoria, rallada.
  • Aceite de oliva.
  • Sal, comino y pimienta al gusto.

Preparación:

Sacar las hojas del repollo de manera de ir hirviéndolas en una olla por un par de minutos. Al momento de sacar cada hoja es posible pasarla por agua helada de manera de poder manipularla sin peligro.

El pollo se debe trozar y mezclar con el arroz y el comino. En este punto se puede agregar zanahoria o pimentón picado a gusto también. La hoja de repollo se pone sobre la mano agregando un puñado de la mezcla arroz-pollo para hacer un pañalito.

El siguiente punto involucra una olla a presión eléctrica en mi caso, pero entiendo que se puede hacer a baño María en un horno a 180° por 40-50 minutos.

Tras un par de minutos estos deliciosos bollitos ya están listos para degustarse.

Adelante estudios.

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