Santa Cruz es un pueblo inverosímil. Cual mesopotamia del campo facho, es cuna de insignes personajes como Nicolás Palacios (quien creía que los chilenos eran el pináculo evolutivo), Carlos Cardoen (quien, tiene museos, muchos museos) e incluso el cartero ciego. Pero no vengo a apabullarlos con este macondo criollo, sino con un estudio sobre su fauna local.

Santa Cruz está a pocos kilómetros del río Tinguiririca pero muchos de los esteros que son sus afluentes cruzan la ciudad: el estero chimbarongo, el estero chépica y el estero guirivilo, siendo este el único que cruza el interior de la ciudad.

Guirivilo es una palabra compuesta mapudungun: ngürü que es zorro y filu culebra, un animal acuático presente en la mitología mapuche. De fuerza descomunal, podía crear torbellinos y se alimentaba de los incautos que intentaban cruzar los ríos. Solo podía ser expulsado de estos mediante una ceremonia realizada por una machi.

La fauna local comprende mamíferos usuales cerca de las ciudades: perros, gatos y ratones de distintos tamaños (he visto guarenes del tamaño de coipos), pero nos centraremos mayoritariamente en las aves, además de algunos reptiles, insectos y peces.

Aves rapaces como águilas, peucos, jotes y aguiluchos como el vari, son indistinguibles a simple vista cuando cruzan los cielos.

Tiuques y cernícalos se acercan más a los humanos.

Además de las garzas (que son tan comunes que el escudo santacruzano tiene tres) otras aves que se pueden ver (u oír) sin mayor dificultad son queltehues, loicas, chirihues, picaflores, mirlos, tencas, gorriones, golondrinas y chercanes.

Codornices, diucones, patos jergones y el cachudito son un poco más esquivos.

Pasando a los reptiles, la Liolaemus Tenuis es una lagartija endémica de nuestro país. Su evolución va de la mano con la formación de la cordillera de Los Andes, teniendo una reversión evolutiva: cuando vivieron en la alta montaña pasaron de la oviparidad a la viviparidad y cuando bajaron a tierras más cálidas, comenzaron a poner huevos otra vez. Esto contradice la Ley de Dollo.

Hay gran variedad de insectos, siendo las libélulas y saltamontes los más fotografiables.

Finalmente también hay peces como el pejerrey, que son difíciles de fotografiar bajo el agua.

Adelante estudios.

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