El año pasado no pude mantener mi tradición de visitar lugares patrimoniales en el Día de los Patrimonios, ya que intenté ver el Palacio de la Alhambra sin éxito; a las 11 am, la fila daba la vuelta a la manzana. Este año, con energías renovadas, llegué a las 9:30 y, tras una hora de espera, pude disfrutar de otra hora en el interior admirando sus maravillas.

Palacio de la Alhambra

Este lugar llama mucho la atención desde afuera debido a su arquitectura única y diferente. Aunque fue construido con el concepto de la casa típica chilena del siglo XIX, que cuenta con tres patios alrededor de los cuales se disponen las habitaciones, su diseño destaca por su singularidad. Cuenta con 1.170 metros cuadrados donde predominan la madera, el yeso y el adobe.

Breve Historia

El primer propietario del Palacio de la Alhambra fue don Francisco Ignacio Ossa Mercado, dueño del mineral de plata de Chañarcillo y alcalde de Copiapó, quien llegó a Santiago como senador. Para demostrar su opulencia, construyó una mansión moderna y lujosa para la época. Contrató al arquitecto don Manuel Aldunate, uno de los primeros arquitectos chilenos, y le pidió que viajara a Granada y al norte de África para diseñar una casa de estilo andalusí. En 1862, Aldunate regresó con la propuesta de una réplica de La Alhambra de Granada. Desafortunadamente, don Francisco falleció en 1864 antes de ver terminado su Palacio.

Posteriormente, el Palacio fue comprado por don Claudio Vicuña, un político adinerado, quien continuó la construcción con nuevos artistas y artesanos, manteniendo el estilo original. El Palacio se completó en 1877 e inauguró con un baile al que asistieron más de 300 personas. Claudio Vicuña, exiliado tras la Revolución de 1891, nunca regresó al Palacio, que fue requisado y vandalizado por el ejército.

En 1902, don Julio Garrido Falcón, abogado y amante de la belleza, compró el Palacio y lo restauró a su antiguo esplendor. Vivió allí con su familia durante más de 30 años y apoyó a diversos artistas nacionales. En 1940, donó el Palacio a la Sociedad Nacional de Bellas Artes.

Primer patio

Este es el primer lugar que visitamos, donde nos hacen la bienvenida y nos narran la historia que acabo de contar. Es un lugar increíble donde existen distintas estatuas, de jarros y mujeres, además de una fuente.

Salón de Verano

Sus muros están adornados con azulejos, cerámicas y mosaicos de motivos islámicos, cielos pintados y una cúpula con vidrios de colores vibrantes. En el interior, se encuentra un piano de cuatro patas, que dejó de fabricarse en 1875, junto con bustos de figuras destacadas como Julio Garrido Falcón, Don Juan Francisco González (primer presidente de la SNBA), Virgilio Arias y Marta Lillo. También se aprecian dos esculturas más de Blanca Merino, una renombrada escultora chilena. Destaca también una escultura de una niña sentada en un sitial, esculpida en mármol por el francés Laurent Marqueste por encargo de un matrimonio chileno en memoria de su hija fallecida.

A la derecha se encuentra la sala de exposiciones, que exhibe cuadros de pintores, alumnos y directores. Se debe mencionar que no estaba permitido tomar fotografías, por lo que no capturé ninguna imagen.

Patio de los Leones

En este patio, un saliente semirectangular es sostenido por columnas de mármol, mientras que los arcos de herradura evocan el estilo del mirador de Daraxa en el patio de Granada. Al fondo, se encuentra una réplica de la fuente de los Leones, la cual cuenta con 12 leones que, en realidad, formaban parte de un reloj: cada hora, un león diferente emitía agua gracias a un mecanismo que lamentablemente ya no está funcionando. Además, diversos rincones de este patio están decorados con una frase del Corán que reza “Alá es el más grande, Alá es mi Dios, Mahoma su profeta”, la cual está acompañada de detallada yesería con motivos vegetales. En todo el palacio es recurrente la forma de la estrella de ocho puntas que representa el paraíso.

Fue en este patio donde nos deleitamos con un magnífico espectáculo de danza árabe, del que dejo un extracto a continuación:

Los asistentes pudimos disfrutar de un hermoso espectáculo musical de danza árabe.

Además de los salones anteriores, existen un comedor, que no pudimos conocer puesto que estaba siendo utilizado para la preparación de la danza y un tercer patio que resultó muy dañado con el terremoto y es peligroso entrar.

Salas recreadas y Sala del directorio

Volviendo hacia la entrada, hay dos salas que tienen una recreación de la época. La primera contiene un piano y la segunda un gran brasero con el que se calefaccionaban las casas en esos tiempos. También hay una especie de estalactita sobre el techo. Finalmente pasamos por la sala del directorio de la SNBA, que contiene uno de los espacios más lindos y restaurados que pudo funcionar como oratorio o tal vez una especie de escritorio.

Desde el año 2023, el Palacio se abre dos sábados al mes (segundo y último, salvo contingencias o feriados) en dos horarios: de 11 a 13 horas y de 14 a 16 horas. La visita guiada solo requiere una pequeña donación que ayuda a mantener este magnífico Palacio.

Adelante estudios.

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